La desnutrición es resultado de la combinación de una ingesta inadecuada de energía proteica y micronutrientes con infecciones frecuentes. En los niños, la desnutrición es sinónimo de deficiencia en el crecimiento, ya que los niños desnutridos tienen una estatura y un peso menores de los que deberían tener de acuerdo a su edad.
Para prevenir y reducir la desnutrición infantil se necesitan respuestas igualmente intrincadas, polifacéticas y multisectoriales.
El marco conceptual sobre las causas de la desnutrición fue establecido por UNICEF en 1990. Estas causas son multisectoriales; alimentación, salud y prácticas de atención. También se clasifican como inmediatas (a nivel individual), indirectas (a nivel del hogar y la familia) y básicas (a nivel de la sociedad), de tal moto que los factores que incluyen en un nivel también influyen sobre los otros niveles.
Las causas inmediatas de la desnutrición infantil son la ingestión alimentaria inadecuada, así como las enfermedades infecciosas. La interacción entre ambos factores “tiende a crear un círculo vicioso, ya que cuando un niño desnutrido, cuya resistencia a las enfermedades es inferior, contrae una enfermedad, la desnutrición empeora”.
“La desnutrición reduce la capacidad del organismo para resistir la infección porque afecta el funcionamiento de los principales mecanismos de reacción inmunológica. Y esto, a su vez, conduce a enfermedades cada vez más frecuentes, prolongadas y graves”.
Las causas inmediatas tienen tres conjuntos de causas subyacentes; el acceso insuficiente a los alimentos en los hogares; la escasez de servicios sanitarios y un medio ambiente insalubre; y la atención inadecuada a las mujeres y los niños.
- La seguridad alimentaria en el hogar.
Acceso sostenible a alimentos sanos –que deben contener energía, proteína y micronutrientes-, de suficiente calidad y apropiada cantidad como para asegurar la alimentación adecuada de todos los miembros de la familia. - Los servicios sanitarios y el abastecimiento de agua potable y saneamiento.
Un requisito esencial para la buena salud es el acceso a servicios preventivos y de tratamiento de salud de buena calidad y a costos razonables.
Un entorno insalubre puede tener efectos más graves que los atribuidos a brotes específicos de una enfermedad. Los investigadores creen que los niños que viven en esas condiciones pueden sufrir problemas de baja intensidad, pero casi constantes en sus sistemas inmunológicos que merman su crecimiento. - Las prácticas de atención.
Hace poco que se reconoce y comprende las perniciosas ramificaciones que tienen la atención inadecuada de las mujeres y los niños.
La atención se refleja en la manera que se alimenta, nutre, educa y orienta al niño. Desde el punto de vista de la nutrición, la atención comprende todas las medidas, conductas y prácticas mediante las cuales la disponibilidad de alimentos y recursos sanitarios se traducen en el crecimiento y desarrollo normal de los niños.
Los esfuerzos mejor encaminados de algunas familias por lograr una buena nutrición para todos sus integrantes se frustran por factores políticos, jurídicos o culturales, en el plano nacional o regional. Entre estos factores puede figurar, por ejemplo, el grado en que las leyes y las costumbres protegen los derechos de las mujeres, el sistema político y económico que determina la forma en que se distribuye los ingresos y bienes, y las ideologías y políticas que rigen los diversos sectores sociales.
La desnutrición infantil ha sido catalogada por UNICEF (2006) como una emergencia silenciosa, ya que genera efectos muy dañinos que se manifiestan a lo largo de la vida de la persona y que no se detectan de inmediato. La primera señal de estos daños es el bajo peso, seguido por la baja estatura; sin embargo, estos son solo las manifestaciones más superficiales del problema. Según UNICEF, hasta el 50% de la mortalidad infantil se origina, directa o indirectamente, por un pobre estado nutricional.
FUENTE: Extraído de UNICEF “Estado Mundial de la Infancia 1998”

Modelo
causal de la desnutrición infantil

“La buena nutrición puede cambiar profundamente la vida de los niños, mejorar su desarrollo físico y mental, proteger su salud y sentar las bases de su futura capacidad productiva”.
Kofi Annan
Ex Secretario General de las Naciones Unidas